LA DESESPERACIÓN DE UN HOMBRE


La impotencia de no poder hacer algo en el momento que los problemas te inundan, la presión de querer hacer algo es tan fuerte y te persigue todo el tiempo. Harías lo fuera para dejar de sentirla, corres, gritas como nunca en la vida tratando de desaparecerla pero no es fácil de lograrlo. Un ejemplo son los corredores de bolsa, ellos maneja grandes cantidades de dinero por lo cual deben actuar con precaución. Las bolsas de valores contienen millones de acciones que cotizan diariamente, si descuidaran sus cálculos su sistema caería dada el creciente uso de la tecnología.

Carlos un hombre de familia de unos 35 años de edad, tenía una buena vida en los suburbios y una familia amorosa, un trabajo bien pagado en una empresa completamente sólida. Lunes por la mañana Carlos se dirigía al trabajo como lo hacía a diario, comió su desayuno, se despidió de su esposa, abordo su auto y salió a la carretera. Llego a la empresa donde laboraba, esta se dedicaba a vender seguros para personas físicas y morales, sus actividades consistían en vender por teléfono o incluso personalmente.

Cuando llego a si oficina se sentó cerca de su escritorio, reviso su lista de clientes y empresas con las que tenía contratos. Además empezó a hacer nuevas llamadas para conseguir futuros prospectos, sin embargo una reunión con su jefe cambio todo. Resulta que la empresa tenía varios problemas con el capital, los abogados le aconsejaron reducir la plantilla de personal y opto por sacar los empleados con antigüedad. La decisión termino afectándolo por los años de estancia allí, le otorgaron un cheque de compensación de los años servidos y sin derecho a quejarse.

La noticia la cayó como un baño de agua fría, estaba destrozado por la noticia y debía resignarse a su nueva vida. Sus ánimos estaban por los suelos pero faltaba comunicarle la noticia a su familia, además tenía que empezar a buscar un nuevo  trabajo. Aunque no sería fácil encontrar un trabajo dada la situación económica actual del país, recogió sus pertenencias en la oficina para volver a casa. Cuando llegó a su casa más temprano de lo acostumbrado, su esposa sorprendida le pregunto porque su hora de regreso.

No podía creer la noticia del despido de su esposo, siempre había lo visto asistir puntualmente, con buenas actitudes, responsable, amable, activo y con iniciativa. Por ahora tenían suficiente dinero para continuar sus vidas, solo que duraría poco debido a las cuentas de los gastos de la familia. Pasaron algunos meses desde el despido de Carlos, el panorama no había nada alentador durante ese tiempo y la escasez se hacía presente en su rutina diaria. Las posibilidades de conseguir un empleo nuevo caían con el tiempo y su edad no le ayudaba mucho, sus conocimientos eran atrasados debido a las tecnologías recientes.

Estaba desesperado que haría cualquier cosa para conseguir un empleo e incluso hasta podía robar un banco si tuviera la oportunidad de hacerlo. No era secreto la enfermedad de su esposa, el tratamiento era bastante caro de sostener y su situación no lo soportaría durante más tiempo. Las calamidades no llegan solas siempre vienen acompañadas por otros males, esta vez no fue diferente a las demás. Cuando la enfermedad comenzó a ganar terreno, las medicinas perdían efecto con los resultados y las cuentas del hospital se apilaban.

Termino cayendo víctima del dinero fácil, empezó a planear como conseguir dinero en poco tiempo y robar ya le parecía algo bueno, además de una solución rápida si no lo arrestaban en el acto. Dedico tiempo a observar los negocios de la ciudad para elegir uno sin mucha vigilancia como cámaras de seguridad, policías y alarmas contra robo. Después de días analizando cuidadosamente los detalles de su plan estaba listo para cometer el robo con la esperanza de no ser descubierto, aunque tenía ciertas de dudas para cometerlo.

Se consiguió un cómplice amigo suyo para ayudarlo con el desarrollo de su plan, robo un minisúper cercano a un parque apartado de las estaciones de policía y difícil acceso de otras personas. Lamentablemente días más tarde de haberlo hecho se vio, su socio del crimen lo traiciono con tal de salvarse y no ir a prisión, quizás debió haber pensado mejor en la persona correcta para ayudarlo. Debemos de estar completamente seguros de no cometer un error cuando creemos no tener opción, la desesperación por nuestros problemas suelen confundirnos por momentos, nublar el juicio sobre lo bueno y malo.








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