LA SOLEDAD


Muchos la han padecido en algún momento de su vida por x motivo, es una sensación que provoca un vacío en el interior y podíamos fácilmente compararla a un agujero negro. No contar con personas a nuestro alrededor sean amigos o conocidos, puede llevarnos a destruirnos nosotros mismos sintiéndonos solos y sin ayuda literalmente nos podría consumirnos hasta la muerte. Es normal que las personas no se relacionen con otras por miedo, no todos contamos con la facilidad de hacer amistades a la primera y la desconfianza provocada por burlas en el pasado se vuelve un factor importante. Los seres humanos por naturaleza buscamos la interacción, pasar mucho tiempo a solas genera daños en la autoestima y muchas veces causa depresión en los jóvenes así como problemas de conducta. Salir del problema requiere mucha fuerza de voluntad del individuo, algunas veces puede generar depresión derivada de la falta de comunicación y también se origina por la pérdida de un ser querido.

Mario siempre ha sido un joven solitario sin padres desde pequeño, creció en un orfanato hasta los 18 años de edad con chicos y nunca tuvo la suerte de conocer una familia amorosa. Los bebes son la primera opción que buscan los parejas durante el proceso de adopción, claro conforme pasan los años disminuyen las posibilidades de un hogar nuevo y el veía como los demás se iban para crecer rodeado de amor. Su familia biológica murió en un incendio en la vivienda cuando dormían, las razones continuaron siendo un misterio dado que no hallaron causa y vecinos dijeron no ver nada fuera de común descartando fuera provocado. Nunca asistió aun colegio decente siendo educado en el orfanato, voluntarios se daban a la tarea de enseñarlos a leer para escribir y conocimientos básicos con la idea de hacerlos personas autosuficientes. Siempre vistió ropa vieja donada por la caridad de otros, se mantenía positivo respeto a su futuro reponiéndose de incontables insultos y buscando la oportunidad de encontrar un lugar se esforzaba con los retos.

Aunque nunca recibió un regalo en toda su estancia en el internado, sabía agradecer la poca comida de parte de las monjas y cuando cumplió los 18 lo dejaron salir deseándole la mejor de las suertes para encontrar empleo. Todo el sufrimiento de su infancia le había cambiado mucho, golpes le hicieron cicatrices en su cuerpo que dejaron huellas y recordando el pasado solía llorar en las noches cuidando no hacer ruidos. Hallar un trabajo se volvía lo único importante vivir por su cuenta, increíblemente le facilitaron un poco de dinero para un tiempo y pudo rentar un cuarto en la parte más pobre de la ciudad. Aceptaría el primer empleo sin pensarlo demasiado, necesitaba urgentemente un empleo para reunir recursos suficientes y corriendo algunos riesgos le preocupa la experiencia en caso de requerirla. Asesinatos se daban continuamente en la zona sin la autoridad, un lugar grande siempre tendrá conflictos internos entre los habitantes y quejarse sobre los problemas no solucionaría nada.

Durante la tarde una tormenta trajo relámpagos y lluvia incansable, pasaría la noche en un cuarto con múltiples desperfectos en toda la habitación y la humedad hacia el ambiente más frio sin calefacción. Nunca imagino la cruel situación en la vida real solo, acurrucado en la cama hecho bolita se cuestionaba porque a él y lágrimas de tristeza se derraban a causa de sentirse abandonado. Las figuras más importantes no tuvieron remordimientos, deshaciéndose de Mario a unos días de haber llegado al mundo y criado por completos extraños dañando su autoestima durante años. Aparentaba mostrar confianza en su persona a los demás como sea, la mañana siguiente despertó con mucha hambre y se vio obligado a gastar el poco dinero que trajo consigo. No tenía muchos ánimos de salir con el cambio de clima repentino, nubes de tormenta permanecían en el cielo sobre la ciudad y amenazaban con continuar su trabajo dejando caer su carga. Los pocos habitantes de la zona se apresuraban a caminar, Mario se levantaba de la cama con ojeras por no dormir bien y el sueño lo hizo bostezar en repetidas ocasiones sentado en la cama.

Sin embargo el hambre como suele suceder tiene prioridad sobre todo, cubriendo con un viejo abrigo salió del departamento a probar suerte y veía que la gente se extrañaba de verlo vestido así naturalmente. Muchos tiene la idea de la primera impresión es lo que cuenta, allí  la razón de las entrevistas de trabajo sean bastante cotizadas y un modo de probar su presentación a tu nuevo jefe en caso de ser contratado. Obviamente su vestimenta daba mucho a desear si trataba de conseguir uno, apenas se estaba adaptando el ajetreo de caminar entre personas desconocidas y buscaba un lugar donde pudiera comer con su dinero a un precio razonable. No podíamos considerarlo un lugar exactamente amigable por decirlo así, había negocios de distintos tipos a elegir entre los habitantes de la zona y tres cafeterías pequeñas cobijaban a clientes del área. Entro a una de ellas sorprendido del tamaño del interior, 4 meseros pedían las ordenes a los comensales sentados en mesas rectangulares y sonreían despidiendo a otros diciendo vuelvan pronto a nuestra cafetería es un gusto poder atenderlos.

Aunque uno lo volteo a ver de forma intuyendo tratase de un ladrón o vagabundo, un chico de veinte años se le acerco con una bonita sonrisa y vistiendo una camisa blanca con mandil negro y ofreciéndole el menú del día. Su físico parecido un nadador lo hizo suponer que asistía al gimnasio, la estatura de 1.70 metros, piel clara, ojos negros, pestañas casi chinas, nariz de tamaño normal, oreja pequeñas y cejas ligeramente finas lo hacían ver guapo.

Mesero: buenos días! Le traigo el menú del día para que elija, me disculpo por la actitud de mi compañero presente y es un gusto atenderlo mi nombre es Boris.

Mario: buenos días! No te preocupes estoy acostumbrado a sus miradas indiferentes y recién acabo de mudarme a la zona para comenzar una vida nueva.

Boris: entonces déjame darte la bienvenida al lugar con un café a mi cuenta

Mario: eres la primera persona que se comporta amable conmigo

Boris: nunca me ha gustado que otros de burlen de las personas por su aspecto

Mario: solo quiero huevos, tocino y café para desayunar por favor

Boris: quiero tomarme el atrevimiento de mostrarte la ciudad si quieres

Mario: no tengo amigos aquí pero quiero aceptar tu invitación

Boris: si quieres pásame tu dirección para recogerte

Mario: yo vivo a unas calles de acá en un viejo edificio

Boris: me parece haber escuchado de el

Mario: entonces solo te diré el número de cuarto 50

Boris: déjame escribo tu orden y vuelvo en unos minutos con tu desayuno

Pareciera que en este mundo gris las personas sufren constantemente, esta ocasión un joven chico le mostro un lado diferente al visto y brindándole la oportunidad de amistad a un completo desconocido a pesar de su aspecto. Boris se convertiría en la persona más importante de su vida, otorgándole confianza sin saber la historia del pasado oculta y le hacía volver los ánimos de continuar luchando mirando hacia delante. Después de 10 minutos volvía con una charola cargando el plato de los huevos y el tocino, una rica taza de café caliente haciéndoles suspirar de alegría en compañía de un amigo y Boris solo le saludaba nuevamente diciendo he vuelto pero no pienso cobrarte la cuenta el jefe me concedió permiso de pagarla yo.

Boris: esta vez comerás a mi cuenta

Mario: la verdad es el gesto más noble que nunca ha tenido nadie conmigo

Boris: relájate ahora por ti mañana por mí como mi abuela me decía

Mario: dime como esta ella?

Boris: vivió una buena vida lamentablemente nos dejó para partir hacia el cielo

Mario: discúlpame no fue mi intención

Boris: disfrute de grandes momentos a su lado pero es natural que mueran llegado determinado tiempo, solo quiero creer que en algún punto la alcanzare para contarle mis aventuras y cambiando de tema donde viven tu padres?

Mario: en realidad no sabría decirte fui criado en un orfanato de bebe

Boris: esta vez quien metió la pata soy yo

Mario: no te preocupes no podrías saberlo o acaso puedes leer la mente?

Boris: ojala me fuera posible pero no es así

Mario: ando en busca de trabajo

Boris: veraz aquí exactamente no te garantizo encuentres algo pronto

Mario: estoy dispuesto a hacer lo primero que ofrezcan necesito el dinero

Boris: puedo contactar a unos amigos para ayudarte en ello

Mario: es mucho pedirte no tienes que hacerlo

Boris: me agradas amigo

La conversación se alargó hasta que Mario termino su comida, Boris le gusto haber convivido con él a pesar de ser la primera vez y lo incito a regresar sino tenía planes durante su turno a comer. Volvió a su departamento sonriendo como si estuviera loco, recordando lo vería mas tarde para conocer la ciudad pero su dilema que ponerse y solo poseía otra ropa aparte de la que traía puesta temiendo se avergonzara de él. Otra vez su actitud pesimista se hacía presente olvidando a Boris, este chico que representaba un rayo de luz en medio de la tormenta que vivía y se planteaba la duda será que solo quiso ser amable para no herirme ahí. Las horas pasaban con Boris mirando ansioso el reloj, hacia su trabajo tan bien como siempre pensando en su cita y los lugares que le mostraría primero en el tour personalizado  cargo de él.  Literalmente se empezaba a comer la cabeza tratando de seleccionar un buen sitio, quería hacer le olvidar su pasado como huérfano sin amigos y las terribles experiencias de años de sufrimiento acumuladas en él. Recordó un parque de diversiones perfecto para explorar en la tarde, su turno terminaba a las 4 pero la clientela estaba escasa durante el día y pensaba en la película en un cine de mayor tiempo de existencia allí.

Se encontraba en la parte vieja de la ciudad mostrando los estrenos recientes, Mario se bañó con suficiente tiempo para arreglarse y se preparaba todavía con malos pensamientos sobre su cita con Boris. La tarde resulto más complicada de lo esperaba con pequeñas desafortunadas incidencias, claro Boris se lo tomaba con calma haciéndoles ver el lado de las cosas y pudieron salir de los apuros usando la cabeza pero quedaron como anécdotas. Ellos disfrutaron de una agradable tarde en la plaza del centro, compraron helados y comparaban sus vivencias, cruzaban las calles entre risas y se secreteaban en el trayecto tomando mucho cariño. Eso le dio una buena lección a Mario para la vida entera, quizás las personas puedan juzgarte por lo que representas pero no todos son iguales y algunas de ellas pueden sorprender de igual que Boris lo hizo con él. Un chico alegre de la vida con mucho cariño para compartir, dispuesto a hacer un lado tu estatus social y ver más allá de los estereotipos sociales brindando un cálido abrazo y una mano para continuar. 




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