MI MADRINA LA MUERTE

Su sola presencia hace correr al más valiente de los hombres, durante siglos los humanos hemos sentido cierto temor y hacemos lo imposible por mantenernos lejos de ella, evitamos nombrarla o simplemente le guardamos un especial respeto. Es cierto que es la única cosa segura que tenemos tanto ricos como pobres, igualmente nunca nos ha impedido disfrutar de los placeres de la vida terrenal y algunas culturas han llegado a celebrar festividades en su nombre. Ejemplo de estas fiestas se encuentra el Halloween traído del viejo mundo, donde todos los niños se disfrazan de monstruos para pedir dulces o también está el día de muertos. Esta celebración originaria de México procede de tiempos prehispánicos, cuando los elementos de dos culturas chocaron para dar origen a la tradición y quizás el símbolo más representativo del día de muertos, son los altares con comida y arcos de flores de cempasúchil.

Dependiendo del país o el lugar en el mundo podía variar la celebración, aunque no todas las personas se toman bien los festejos en su honor y prefieren dejar de lado sus tradiciones.

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David se le había hecho tarde para volver a su casa, todavía bajo los efectos del alcohol se despedía de los amigos y se marchaba a su hogar, sus pasos delataban su borrachera por eso poco le importo la hora. Normalmente a media noche las calles lucían completamente vacías, el silencio de ultratumba se hacía presente en el ambiente tan pacífico y los nervios de cualquier persona se pondrían de punta. Aunque David no era precisamente ese tipo de persona, si hablábamos de él nos referíamos a un temerario y aventurero que le gustaba vivir emociones fuertes. Podemos tomar como ejemplo su trabajo de sepulturero del panteón, realmente la idea de permanecer en un lugar con muchas tumbas y una vibra pesada permanentemente en el ambiente volvería loco a más de uno. Su vida estuvo marcada por las carencias con un padre alcohólico, ahora a la espera de su primer hijo rompió la promesa de beber alcohol y caminaba por la calle pensando en todas las historias de su pasado.

Detrás el venia una carroza tirada por dos caballos negros, un jinete jalaba de las riendas y su pasajera le pidió detenerse un momento al notar el aliento de David. Ambos vestían ropas de color negro y blanco, sus caras denotaban mucha tristeza desde del fondo de su alma y el transporte medio descuidado lucia el paso de los años. La bella mujer que venía dentro trataba de sonreír pero difícilmente lo lograba por momentos, su largo cabello hasta los hombros y un sombrero como si estuviéramos en el siglo XX y su piel pálida casi gris. El hombre traía un traje completo con sombrero, sostenía un látigo en la mano derecha y una botella cuyo contenido era un misterio. David se asombraba de ver personas en esa fría y tétrica noche, quizás fueran forasteros de paso en busca de asilo o se habían perdido por esos rumbos y la última opción una pareja de amantes a la esperaba de ver un fantasma. 

Retomando la escena con David y la misteriosa dama vestida elegantemente, quien pidió a su compañero detenerse a mitad del camino para bajar y saludar a la única alma que pudo encontrar fuera de casa. El trato de lucir calmado con verla a simple vista, sintiendo escalofríos con la mirada de la bella mujer y saludándola por pura cortesía, no estaba nada cómodo por la situación y debía regresar pronto con su esposa. Ella seguramente se encontraba preocupada y temiendo le hubiera sucedido un accidente, la dama le pregunto su nombre denotando mucha curiosidad y el motivo de haberle encontrado a esa hora.

David: buenas noches tenga!!!!

Mujer: gracias!!!!!! Veo que usted se le hizo tarde camino a casa

David: en absoluto estoy a tiempo de volver a mi casa

Mujer: si me permite decirle un cosa…

David: si adelante dígala

Mujer: nunca lo había visto a esta hora por las calles

David: lo mismo le digo no conozco a nadie que le guste pasear en la madrugada

Mujer: pues está viendo a una en este momento

David: acaso es usted doctora o va de paso en este pueblo

Mujer: si hago visitas a domicilio como parte de mi trabajo, pero no precisamente sano a la gente y si curo el alma de mis pacientes dando paz y tranquilidad.

David: a todo esto no me ha dicho su nombre!

Mujer: si válgame lo olvide mi nombre cambia según la persona que lo pronuncie

David: en todo caso deseo escucharlo de su propia boca… el mío es David futuro padre de un hijo en camino y casado con una bella dama como esposa.

Mujer: muchas felicidades por su hijo pero yo conocía la noticia y también se sobre su trabajo en el cementerio del pueblo, usted no me ha encontrado por casualidad y sabe por qué?...

En ese instante se asustó de cómo le haría para conocer detalles de su vida, nunca en su vida tuvo la oportunidad de verla hasta ese momento y era un razón para salir corriendo del lugar. Aunque en su estado resultaría producente si no veía el camino en frente, igual el sueño le estaba empezando a ganar la partida y aun desconocía la identidad de su visita. Quizás se tratase de un persona que lo vio en el pasado, bien pudiese tratarse de un malentendido de su parte o lo confundió con otro, después de todo siempre hay sujetos que se parecen a otros.

Mujer: mi nombre es la muerte y no he venido a llevarle conmigo en esta ocasión, más bien decidí proponerle ser la madrina de su hijo y cuidarle siempre de todos los males del mundo.  

David: está tratando de tomarme el pelo con esa mentira, si lo fuera tendría el poder de hacer lo desee conmigo y ser la madrina de mi hijo es un locura.

Mujer: podía tomar su vida en un segundo solo con un dedo y llevarme consigo a su esposa e hijo no nacido pero le hago la oferta de su vida para cuidarlo.

David: yo deseo para mi heredero los mejores regalos de esta vida

Mujer: para ricos y pobres solo hay una cosa en común la muerte, soy lo único que prevalece cuando las cosas se salen de las manos y el último ser en quien pueden posar su vista.

David: quizás tengas razón un rico lo haría solo por caridad pero le despreciaría eternamente, un pobre como yo de buen corazón no tendría nada para ofrecerle y ahora usted se presenta ante mí.

Mujer: te daré un adelante del futuro de tu familia, tu esposa morirá poco tiempo tras el nacimiento de tu primogénito y será difícil para ti cuidar de él. Soy lo único seguro en este mundo y la paz para calmar cualquier sufrimiento, soy el final del camino de una vida de logros y la esperanza de todos lo que nunca hicieron sus sueños realidad.

David: supongo que no podía perder nada más y mi hijo estará con su ángel a su espalda, ahora dime que deberé hacer pues me resulta difícil de creer aun y mi esposa seguro estará nerviosa por el asunto entre nosotros.

Mujer: solo respira y sube a mi carroza pues te llevare a casa, ahora se lo explicaremos los dos pero seguro será razonable y termina por aceptar la puesta.

Los caballos relincharon con un azote del látigo, el jinete los hizo cabalgar a toda velocidad a las afueras del pueblo y donde las casas del pueblo se perdían a la distancia. Una choza de troncos se alzaba en un paisaje solitario, el hombre meditando en la reacción de su esposa con la noticia y su encuentro parecían sacados de una historia de terror. El bajo primero para despertar a la esposa, quien estaba sentada en la sala con una vela iluminando su cara y tras escuchar abrirse la puerta le gritaba su nombre.

Esposa: David por fin has llegado!!! Estaba preocupada de ti

David: María se me hizo tarde con mis amigos y ahora me han traído a casa, espera que te quiero presentar a nuestra invitada y quien deseo se convierta en la madrina de nuestro hijo.

María: te has vuelto loco y estas borracho! Yo creía hiciste una promesa para nunca hacerlo y ahora trajiste a un extraño para apadrinar a mi hijo, quien dé aún no sabemos su fecha de nacimiento pero tu insistes en darlo a un desconocido y me lo quieres presentar como si fuera a aceptar la propuesta.

David: sé que rompí mi promesa por única ocasión y ya hablaremos más tarde de esto, ahora conoce a nuestra invitada quien es nada menos que la muerte y la protectora de la familia.

María: cómo puedes decir una cosa así!

Muerte: buenas noches María!!! Como siempre has estado preocupada por tu esposo y también lloraste como sueles hacerlo todas las tardes, el no miente sobre mi nombre y mis intenciones con tu hijo pero la razón de haberle hecho la propuesta es su compromiso con el trabajo. A pesar de no tener un sueldo bueno siempre se esfuerza por hacerlo bien, lo he visto muchas veces limpiando las tumbas del cementerio y ayudando a las familias con su dolor.

María: cómo puedes conocer tanto de nosotros… nunca nos hemos cruzado y ahora me dices todo esto como si fuera lo más normal, esperando un si para entrar en mi casa y cuidar de mi hijo como si se tratase de una alma en pena.

Muerte: todo lo contrario le daré todo lo que necesite y como le dije a tu esposo, tú le harás mucha falta a tu hijo por tu fallecimiento y el nunca podrá cuidar siempre de el. Ahora que yo soy un ser inmortal en este mundo nuestro, soy el consuelo tanto de pobres como ricos y ahora el protector de sus vidas.

María: si voy a morir que caso tendría aceptar tu petición y no estoy diciendo que lo haría pero si lo hago podrás ayudarme con mi problema y dejar convivir con mi primogénito.

Muerte: no puedo salvarte la vida sin alterar el orden natural de las cosas, aun así te daré tiempo para convivir con él y disfrutar por dos largos años.

María: acaso tengo una mejor opción y volteando a ver a su esposo, le decía que si

Muerte: entonces tenemos un trato compadres, yo tengo una larga noche si me disculpan me retiro y nos vemos hasta el nacimiento de mi ahijado, una última cosa si quieren le pueden decir la verdad a su hijo pero eso lo dejo a consideración de ustedes.

La muerte desapareció a la vista de la pareja, dejando un frio en ambiente pero una sensación de haber sido todo un sueño y su transporte se precipito hacía el horizonte donde se esfumo. Ellos acordaron guardar el secreto permanente por los vecinos, quienes nunca entenderían su situación por eso los discriminarían y aislarían a su hijo de todo contacto con otros niños del pueblo. David y María se fueron a dormir en su cama, la muerte no volvió a verlos como lo prometió pero si mantenía su vista fija en ellos y la última vez que la vieron fue en el bautizo de su pequeño hijo Ángel. Este creció muy sano y fuerte con la sombra de la muerte a sus pies, nunca tuvo problemas de salud con su guía y disfruto de grandes privilegios como ahijado de la muerte. Solía recibir regalos de su parte en su cumpleaños, la madre a pesar pasar tan poco tiempo con el disfruto al máximo y agradeció haberse topado con tal inusual vista.

Moraleja de la historia:


Nunca temas a la muerte por más cerca que pueda estar a ti, venimos a la vida para ser felices sin importar la situación económica y depende de nosotros si morimos ricos o pobres, no todos tenemos la suerte de nacer con dinero. Aunque recuerda que muchos de los millonarios empezaron siendo pobres, conscientes de las necesidades de las personas a su alrededor crearon un fortuna y solo tuvieron que visualizar lo que muchos no vieron ahí, los obstáculos siempre estarán ahí pero si eres creativo no habrá imposibles y lejos de detenerte te harán crecer con más fuerza y serán la base de tu fortaleza. 

                         

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